Según lo que cuenta la leyenda, todos los trasnochadores están propensos a encontrarla. Sin embargo, persigue con más insistencia a los hombres enamorados, a los Don Juanesque hacen alarde de sus conquistas amorosas. A estos, la Siguanaba se les aparece en cualquier tanque de agua en altas horas de la noche, o a orillas de ríos según otras versiones. La ven bañándose con guacal de oro y peinando su hermoso cabello negro con un peine del mismo metal, su bello cuerpo se trasluce a través del camisón.
Cipit es hijo de dioses, pero su aspecto es el de un niño de bajas condiciones sociales y económicas. Se ve manifiesta su condición de niño, con una enorme barriga y con el poder de teletransportarse. Viste ropa de manta, caites y un sombrero de palma puntiagudo y de grandes alas.
Historia:
Durante siglos, Cipit fue el dios de las relaciones prohibidas y adulteras, en la actualidad es un icono de la cultura salvadoreña donde es representado como un niño alegre y que vaga errante.
El Cipitío es un ser propio del folklore salvadoreño.
Leyenda
La historia popular cuenta que en tiempos de la colonia, la primogénita de los propietarios de los terrenos conocidos también como Los Planes de Renderos, al centro de la capital de San Salvador, era cortejada por el mismísimo espíritu del mal. Enterados de esos amoríos, el padre y sus familiares decidieron una noche cazarle la pelea al príncipe de los ángeles rebelados contra Dios y arrojados por él al abismo, según la tradición judeocristiana. En la huida, y casi al ser atrapado por sus perseguidores, el indeseable pretendiente rompió un peñasco al que luego se le empezó a llamar La Puerta del Diablo por la curiosa forma de arco que aparentan las dos elevadas rocas que la conforman. Haciendo uso de sus mañas, el demonio arrastró hasta unas rocas gigantes al padre de la joven objeto de sus pasiones y Renderos terminó lanzándolo hacia el abismo.
La Carreta Chillona
Cuentan que desde hace mucho tiempo y hasta la fecha todos los viernes por las noches, en algunos pueblos de El Salvador, al filo de la media noche se escucha el sonar de una carreta que comienza en lo profundo de los llanos y se acerca lentamente, se puede escuchar claramente el chirrido de las ruedas al rozar con los ejes con resequedad de grasa. la experiencia de Magín un señor que avanzada edad que vivía cuando era joven en un pueblito del norte de El Salvador.
Una noche que el venía de visitar unos parientes en la noche, era casi media noche pero él ya estaba acostumbrado a caminar por aquellos caminos oscuros, solo con la luz de la luna. Ya nada le asustaba, se había topado con el Cipitillo, la Siguanaba y en ocasiones le acompañaba el Cadejo, pero esa noche ni Palomo su perro guardián iba con él.
Sintió el ruido de una carreta que se acercaba, de repente pensó, será don Concho que viene noche de traer zacate, o será que se les había arruinado, solo se persinó y siguió su camino, al lograr pasar la carreta estaba casi a sus espaldas, cuando sintió una corriente de frio helado que recorrió toda su espalda. Lo que más le encrespó el cabello fue cuando las gallinas comenzaron con su característico chillar de miedo, los perros salieron espantados asustados, eso infundió mas miedo, él sabia que la carreta no era nada bueno, así que se persinó y medio se brincó un alambrado y se refugió detrás de unos piñales.
Esta es una de las muchas historias, muchos dicen que la carreta pasaba por los pueblos llevándose el alma de las personas malas y, otros dicen que esta leyenda comienza cuando un hombre fue ganado por el diablo y obligaba a sus bueyes a entrar a una iglesia, pero los bueyes se resistían y no lo hicieron, sino que reventaron sus coyundas y escaparon, la carreta rodo sin bueyes cuesta bajo lo raro es que nunca la encontraron.